Continuamos pescando lucios, pero no dieron la talla. Era hora de comer. Despues de comer, nos dirigimos a tocar los blases. Estos no defraudaron. Una sucesion de lances, una sucesion de peces, increible, en mi vida habia visto tanta voracidad junta.
Desde aqui, dar las gracias a nuestro amigo, compañero y mejor pescador Toni, que hizo posible esta gran jornada, paciente con nosotros y con un trato 10. ¡¡Gracias compañero!!
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